La tarde del 5 de octubre recibimos en nuestra casa la Cruz de Lampedusa que visitaba la Diócesis de Salamanca, enviada por el Papa Francisco a recorrer todas las diócesis del mundo para hacer a la Iglesia más solidaria de las víctimas que mueren en el Mediterráneo. Tuvimos la preciosa oportunidad, en la Eucaristía del día 6 de ganar la indulgencia de este Año Jubilar, junto con todos los que nos acompañaron ese día, por tantos peregrinos hacia una vida mejor que mueren en el mar.